La estrella de nuestos bosques es, sin duda, el urogallo. En ellos aún subsisten unos 30 machos, según censo del 2000. Muy difícil de observar, se dice que tiene un cantadero en la zona de Los Juntanales. Uno tuvo el enorme privilegio de observar un precioso ejemplar macho en agosto de 2006 mientras picoteaba tranquilamente cerezas en medio de la carretera en Bezanes (Asturias). Es el único que he visto en libertad en mi vida. Está incluido en el Catálogo de Especies en Peligro de Extinción y es el mayor tesoro que guardan nuestros bosques. A pesar de su gran tamaño (4 kg.) son los más pequeños de su especie. Durante la época de celo, los machos se reunen en determinadas zonas del bosque (cantaderos), donde adoptan una actitud agresiva y desafiante. Hinchan su plumaje y despliegan la cola para atraer a las hembras. Éstas lucen un plumaje críptico y discreto que les ayuda a pasar desapercibidas cuando se mueven por el suelo del bosque, o cuando se alimentan (de bayas de acebo) en las ramas de los árboles o en medio de brezales y arandaniegas. |
No menos complicado de observar es el picamaderos negro o pito negro. De su plumaje, completemente negro azabache, destaca el píleo rojo (el casquete de la cabeza) en el macho y que en la hembra es tan solo un mechón rojo. Emite un sonido muy característico que resulta penetrante y lúgubre y que puede oirse desde muy lejos, especialmente en los bosques con niebla. Se alimenta de insectos perforadores y otras larvas forestales. También de frutos secos que coloca en las grietas de los árboles para abrirlos a pictazos. Mide unos 50 cm. y pesa unos 330 gramos. Su habitat se circunscribe a nuestra región y a algunas zonas de los Pirineos. De la misma familia de los picos encontramos al picapinos, aunque con menor tamaño, 23 cm y 85 g. de peso. Resulta fácil de diferenciar por los tonos de su plumaje. Como los otros carpinteros, el pico es largo y robusto y la cola muy rígida y apuntada. Habita en todo tipo de arboledas. Suele elegir árboles altos y es fácil verle en choperas y alamedas. |
El alimoche es una rapaz migradora de hábitos carroñeros que mantiene una importante presencia en nuestra zona, donde puede ser observada entre primavera y otoño antes de que emigre a tierras más cálidas. Las aves inmaduras son totalmente pardas y van ganando plumas blancas a medida que avanzan hacia la madurez, a los cinco años. El plumaje blanquinegro que deja la piel marilla de la cara al desnudo, es inconfundible en el alimoche. Rivaliza con el águila real en cuanto a nidificación y, lo mismo que aquella, coloca sus nidos en lugares inaccesibles, paredes verticales o grietas profundas. La nidada es de 1 ó 2 huevos con una incubación de 42 días que efectuan los dos padres (tomen nota algunos humanos). Este buitre se alimenta de carroña y desperdicios. También incluye en su dieta huevos de todo tipo que lanza contra las piedras para abrirlos. Si son de avestruz, actua al revés: lanza las piedras contra los huevos hasta que rompen. |
Fuentes: Enciclopedia Micronet, Internet, Aves del Parque Regional de Castilla y León.
Dibujos: Luis Frechilla