ZONA ESPECIAL DE PROTECCION DE AVES (ZEPA)

 

Nuestro territorio fue declarado zona ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) por un acuerdo de La Junta de Castilla y León el día 31 de agosto de 2000. Esta figura pretende evitar el deterioro de los habitats velando de forma preferente por la conservación y reproducción de las aves presentes en el Parque, en el cual estamos integrados. Las aves por las que, fundamentalmente, se crea ZEPA son: Abejero europeo, urogallo, perdiz pardilla, picamaderos negro, pico mediano, roquero rojo, chova piquiroja y las aves alpinas: treparriscos, gorrión, acentor, chova piquigualda y verderón serrano. Tenemos la suerte de vivir en una de las mejores zonas de toda España para la observación de aves, tanto por el elevado número de especies que nidifican, invernan o hacen escala en nuestro territorio durante las migraciones como por la existencia de la aves citadas, algunas de ellas con gran importancia ornitológica a nivel nacional y europeo.

 

La estrella de nuestos bosques es, sin duda, el urogallo. En ellos aún subsisten unos 30 machos, según censo del 2000. Muy difícil de observar, se dice que tiene un cantadero en la zona de Los Juntanales. Uno tuvo el enorme privilegio de observar un precioso ejemplar macho en agosto de 2006 mientras picoteaba tranquilamente cerezas en medio de la carretera en Bezanes (Asturias). Es el único que he visto en libertad en mi vida. Está incluido en el Catálogo de Especies en Peligro de Extinción y es el mayor tesoro que guardan nuestros bosques. A pesar de su gran tamaño (4 kg.) son los más pequeños de su especie. Durante la época de celo, los machos se reunen en determinadas zonas del bosque (cantaderos), donde adoptan una actitud agresiva y desafiante. Hinchan su plumaje y despliegan la cola para atraer a las hembras. Éstas lucen un plumaje críptico y discreto que les ayuda a pasar desapercibidas cuando se mueven por el suelo del bosque, o cuando se alimentan (de bayas de acebo) en las ramas de los árboles o en medio de brezales y arandaniegas.

 

No menos complicado de observar es el picamaderos negro o pito negro. De su plumaje, completemente negro azabache, destaca el píleo rojo (el casquete de la cabeza) en el macho y que en la hembra es tan solo un mechón rojo. Emite un sonido muy característico que resulta penetrante y lúgubre y que puede oirse desde muy lejos, especialmente en los bosques con niebla. Se alimenta de insectos perforadores y otras larvas forestales. También de frutos secos que coloca en las grietas de los árboles para abrirlos a pictazos. Mide unos 50 cm. y pesa unos 330 gramos. Su habitat se circunscribe a nuestra región y a algunas zonas de los Pirineos. De la misma familia de los picos encontramos al picapinos, aunque con menor tamaño, 23 cm y 85 g. de peso. Resulta fácil de diferenciar por los tonos de su plumaje. Como los otros carpinteros, el pico es largo y robusto y la cola muy rígida y apuntada. Habita en todo tipo de arboledas. Suele elegir árboles altos y es fácil verle en choperas y alamedas.

 

El águila real es el ave rapaz más grande que habita nuestros bosques. Los adultos pueden alcanzar los 80 cm, con un peso de hasta 3 kg. La envergadura de sus alas puede llegar a 150 cm. El águila real es un ave sedentaria que está presente todo el año en nuestros bosques si bien puede realizar largos desplazamientos fuera de la época de cria (de abril a junio) en busca de zonas en las que haya abundancia de alimento. El plumaje de los ejemplares adultos es pardo oscuro o negro con una llamativa melena dorada de plumas eréctiles y alargadas. El águila real es un animal cazador y se alimenta, principalmente de carne. En épocas de mucha escasez puede ser carroñera. Su dieta la constituyen conejos, liebres, reptiles, otras aves rapaces más pequeñas, como milanos o cernícalos, que caza al vuelo, roedores y hasta zorros o gatos monteses que es capaz de levantar en vuelo. Construye sus nidos en cuevas y paredes muy poco accesibles. He tenido la suerte de observar algunos ejemplares pero ninguno tan de cerca como un día que coronaba en solitario el Pico Mediodía. Mientras yo lo hacía por la vertiente Este, el águila real sobrevolaba majestuosa la cara norte, pasando a menos de cinco metros de distancia de mi cabeza. El ruido de su vuelo no lo olvidaré jamás. Planeó hacia Peña Brava muerta de risa.

 

El alimoche es una rapaz migradora de hábitos carroñeros que mantiene una importante presencia en nuestra zona, donde puede ser observada entre primavera y otoño antes de que emigre a tierras más cálidas. Las aves inmaduras son totalmente pardas y van ganando plumas blancas a medida que avanzan hacia la madurez, a los cinco años. El plumaje blanquinegro que deja la piel marilla de la cara al desnudo, es inconfundible en el alimoche. Rivaliza con el águila real en cuanto a nidificación y, lo mismo que aquella, coloca sus nidos en lugares inaccesibles, paredes verticales o grietas profundas. La nidada es de 1 ó 2 huevos con una incubación de 42 días que efectuan los dos padres (tomen nota algunos humanos). Este buitre se alimenta de carroña y desperdicios. También incluye en su dieta huevos de todo tipo que lanza contra las piedras para abrirlos. Si son de avestruz, actua al revés: lanza las piedras contra los huevos hasta que rompen.

 

El aguila culebrera es una rapaz de cosiderable tamaño. Puede alcanzar los 60 cm. con una envergadura que puede llegar hasta los 180 cm. Un ejemplar adulto puede pesar desde 1.200 g. hasta los 2000g. La puesta es de un único huevo que incuba en unos 45 días. Cosntruyen sus nidos en las copas de los grandes árboles, robles y hayas, o bien en los laterales para tener un mejor acceso. Los nidos no son muy grandes comparados con el tamaño de esta rapaz. Su dieta básica, como su nombre indica, es a base de reptiles, culebras y lagartos, y también roedores, sobre todo ratones. Lo que más llama la atención de las culebreras cuando están posadas y se pueden ver de cerca, o con buenos prismáticos, son sus grandes ojos, redondos y de un intenso color amarillo, más propios de un buho.

Aunque todas cumplen con el patrón de partes inferiores claras y dorso oscuro, en las culebreras existe una gran variedad en el diseño de la cabeza, así como en el número de manchas presentes en el pecho, flancos y vientre. Para cazar se cierne sobre sus víctimas con las patas colgando para facilitar el trabajo de sus garras.

 

El pechiazul no es un ave fácil de observar. Se mantiene la mayor parte del tiempo oculta en los escobales. Pero si se avista es fácil de reconocer ya que los machos de pechiazul lucen un precioso babero de color azul intenso. Patilargo y grácil el pechiazul acostumbra a levantar la cola adoptando una postura muy característica. En la época de celo adoptan un comportamiento muy territorial y se dejan ver con facilidad cantando en vuelo o desde lo alto de un posadero prominente . Es una ave migratoria que ocupa nuestros bosques hacia el mes de mayo y se marcha con las primeras nieves del invierno. A pesar de la vistosidad de su plumaje el pechiazul es un pajarillo de hábitos muy discretos que pasa la mayor parte del tiempo entre las escobas y desde allí hace rápidas incursiones en los pastizales cercanos que utiliza como cazadero.Las zonas de reproducción en España se reducen prácticamente a dos:Sistema Central y Picos de Europa, nuestra zona. Su alimentación es a base de insectos que atrapa dentro de la vegeación o en los humedales, depués de pacientes vigilancias.

 

El alcaudón dorsirrojo es una ave migradora que llega puntualmente a nuestra zona en la primera quincena de mayo y se va en el mes de septiembre. Los machos adutos lucen un dorso rojo-dorado y llamativo antifaz negro. Por esta circunstancia son fáciles de identificar. También son fáciles de ver ya que acostumbran a acechar a sus víctimas desde atalayas destacadas por lo que resultan muy conspicuos y fáciles de obervar. Los alcaudones dorsirrojos clavan algunas de sus presas en espinos y rosales silvestres que luego utilizan a modo de despensa. Las hembras lucen un plumaje mucho más discreto que los machos, de tonos pardos y grises, con las partes inferiores borradas. Los jóvenes se parecen a las hembras adultas pero tienen el plumaje intensamente borrado.

 

 

Fuentes: Enciclopedia Micronet, Internet, Aves del Parque Regional de Castilla y León.

Dibujos: Luis Frechilla