Cueva de los Fideos
Definitivamente, nuestra Cueva de los Fideos es una sublime creación de la naturaleza. Nunca entrará en la guia turística de las grandes cuevas, pero es nuestra cueva por excelencia, con permiso del Portalón y el Hornín, que merecen capítulo aparte. El día 1 de noviembre de 2007 fue el gran día: la Cueva de los Fideos nos dejó ver alguno de sus secretos. En realidad, los «fideos» son un tipo de estalactitas denominadas excéntricas o helictitas, porque en sección no llevan eje. Pueden ser de dos tipos: de calcita y de aragonito. Las de calcita, que es una forma cristalina del carbonato cálcico, son de color blanco, debido precisamente a la pureza del carbonato cálcico. Su crecimiento es extremadamente lento. Las de aragonita cristalizan de otra forma y su aspecto es parecido a espinas de un tamaño que oscila entre unos pocos milímetros, hasta algo más de 10 cm.
Las estalactitas son formaciones que cuelgan del techo de las cuevas. Se forman por la deposición de carbonato cálcico y otros minerales, que se precipitan en soluciones de agua mineralizada. La formación correspondiente en el suelo es la estalagmita. Solo depués de miles de años se llegan a convertir en una columna o pilar.
Observamos, con gran consternación, muchas estalactitas quebradas. Cuando visiteis la cueva, dejadlo todo como la naturaleza lo ha dispuesto. Todo tiene su orden y su por qué. Dejadlo todo como lo habeis encontrado. Admirad las enormes estalactitas, las formaciones preciosas de calcita y aragonita, la gran galería final con el cristalino lago, pero dejad que otros lo admiren también, sin alterar nada de lo que la naturaleza ha creado a lo largo de millones de años. ¡Aprendamos a amar y a respetar nuestro hermoso patrimonio natural!