RONDA MAYORDía 4 de agosto, sábado. En un verano seco como pocos, las únicas cuatro gotas que cayeron en Acebedo en todo el verano fueron a caer justamente unos minutos antes de que comenzase la ronda. Pero, a juicio de lo que vimos después, esas cuatro gotas no asustaron a nadie. Minutos antes de la diez de la noche, llegaron a la plaza del Ayuntamiento los ronderos mayores de Prioro que, un año más, tuvieron el salero de acercarse hasta Acebedo para acompañarnos en la ronda. Al frente del grupo venía tambien nuestro querido Marcelino Díez que más tarde sería el director de la ronda. Minutos después llegaba un autobús con todos los componentes del grupo musical Alollano que llegaban desde Zamora, dispuestos participar también en nuestra ronda. ¡¡¡Que gran lujo para nuestro pueblo!!! Un grupo de música semiprofesional cantando en nuestra ronda... Con estos mimbres nunca se puede hacer un mal cesto y sucedió lo que tenía que suceder: más de 250 personas se echaron a la calle y ocuparon las calles del pueblo durante más de una hora. La ronda salió de la plaza de La Picota y recorrió las calles principales del pueblo. Los ronderos mayores de Prioro, armados de bombos y tambores, daban un ambiente festivo a la ronda. Las paradas se hacían de forma aleatoria, sin tener en cuenta nada especial. En cualquier parte se paraba la ronda, más bien debajo de alguna farola, y allí se cantaban las canciones de nuestra montaña, que hemos cantado siempre. Gente hubo que esperó en vano a la puerta de su casa el paso de la ronda, pero la ronda no llegó. Vaya por Dios. Otro año será. En la plaza del Ayuntamiento se cantó la última canción. Marcelino dispuso dos coros: hombres y mujeres. Resultó emocionante. Al repicar de los tambores que, por respeto, solo cesaron cuando se pasó al lado de la casa del algún vecino fallecido durante el año, la ronda se dirigió al chozo de pastores donde se degustaron unas sopas de ajo picantes, (la mano de Luz estuvo detrás), que todos saboreaban con ganas. Fue el momento de despedir a los componentes del grupo Alollano que recibieron un gran aplauso. En esos momentos ya ardía la gran hoguera que estaba quemando los 16 litros de orujo del Bierzo que se iban a beber en la queimada para recuperar la voz, que quede claro. Para que no faltara nada, Guille, con ascendencia gallega, leyó el conjuro en un gallego perfecto que el público agradeció con aplausos. Buen ambiente en el chozo. Buen ambiente en la ronda con el pueblo de Acebedo echado a la calle. Ese era el objetivo y se cumplió con creces. Los que no lo vieron tendrán que esperar al año que viene. Agradecidos especialmente a los ronderos mayores de Prioro que volvieron a animar nuestra ronda y a Marcelino Díez, que los dirige. A los de Alollano, gracias siempre. Y a todos los demás ronderos, que no se preocupen, ya falta mucho menos para la ronda del año que viene. |