La Junta Directiva de la Asociación Cultural y Deportiva "Virgen de la Puente" había preparado con mucha ilusión una gran fiesta de Nochevieja para despedir al año 2012 y dar la bienvenida al nuevo año 2013. En general, podríamos decir que la fiesta iba dirigida a todas las gentes de Acebedo, especialmente a la gente que vive allí habitualmente y que no tienen la oportunidad, si no se desplaza fuera del pueblo, de acudir a una fiesta de Nochevieja de esas características.

Bien es cierto que la noche, fría y desapacible, con ligera lluvia, no invitaba en exceso a salir de casa. Pero pensábamos que el esfuerzo iba a merecer la pena. No se cumplieron las expectativas de la organización y la mayor parte de la gente, por unos motivos u otros, prefirió quedar en casa y dar la bienvenida al año nuevo al son de las campanadas de la torre de la Puerta del Sol, de Madrid, en lugar hacerlo al compás de las campanadas del reloj de la torre de Acebedo. En todo caso, un buen grupo de gente se desplazó hasta la torre y, para colmo, equivocamos el aviso del reloj y fue necesario tomar la uvas a golpe de potente voz de uno de los asistentes, o sease, de forma manual: una, dos, tres... y así hasta doce. Espectaculares los fuegos artificiales que disparó el fogonero oficial y que suponemos que fueran contemplados desde ventanas y portales.

En cuanto a la fiesta propiamente dicha, todo estaba preparado para disfrutar de una buena noche: sala apropiada y calentita, "pincha" con mucha experiencia, bebida de calidad aportada, que no donada, por Taberna de Moe, camarero profesional alto, joven y guapo, además de agradable y simpático, llegado de Burgos para trabajar gratis para las gentes de Acebedo, música actual, la misma que se pudo pinchar en las mejores discotecas del país, excelente calidad de sonido...

A juzgar por las bolsas de cotillón repartidas, 68 personas acudieron a la Sala Concejo para disfrutar de la fiesta. Bien es cierto que pudo haber más que no recogieron la bolsa-cotillón. Buen ambiente, mucha marcha, buena música, buen sonido y los que acudieron disfrutaron de la fiesta. En ningún momento hubo agobios en la sala y la gente pudo bailar y divertirse sin problemas. Y entonces llegó "él". El karaoke. Los jóvenes y menos jóvenes tomaron al asalto los micros y se desgañitaron cantando. Se imitó, entre otros, a Nino Bravo, a Karina, a Juanes, a Victor Manuel... nada de exhibiciones. La gente quería divertirse y se consiguió ampliamente.

Cuando se llevaban consumidas cuatro horas del nuevo año se sirvieron sabrosísimas sopas de ajo, bien calientes y picantes, y un chocolate que para sí quisieran en las mejores chocolaterías del país. Ello supuso una buena dosis de energía para llegar a las cinco de la mañana cuando dimos por terminada la fiesta.

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